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Carlos Bonil

Suelo Turboso - Carlos Bonil

Suelo Turboso

Suelo turboso es un término que se ha vuelto relevante en mi trabajo como artista. Describe un fenómeno con una estructura similar a los modos de trabajo que he adquirido a través de los años: el amontonamiento, la profusión de objetos dispares y una materia en estado de espera. La diferencia crucial es que el material que yo uso no es orgánico.

El término tiene una historia familiar. El estudio de un suelo turboso hizo parte de la tesis de grado de ingeniería química de mi papá llamada “Métodos de extracción y caracterización de las sustancias húmicas en un suelo turboso”. Es un suelo compuesto principalmente por materia orgánica muerta en un lugar húmedo. Los gases expelidos en esta condición vician el oxígeno y hacen lenta la descomposición. La turba se usa en agricultura como base de una nueva generación de plantas. 

Al recordar El triunfo de la muerte, de Brueghel el Viejo, pienso en la ciudad como un suelo turboso. Un espacio común con un montón de material orgánico en lenta descomposición. No solo pienso en los microorganismos muertos, vegetales, animales y humanos, también en los modos de pensar, las jerarquías y las posiciones políticas y religiosas. La única industria que sobrevive es la de la muerte. Incluiría en la lista de bajas las arquitecturas, los establecimientos, las situaciones históricas, los modos de alimentación y trabajo, las maneras de vestirse, asearse o peinarse. Todas las cosas que incluye una ciudad poblada. El triunfo de la muerte implica su desmantelamiento. 

En las condiciones atmosféricas precisas la descomposición toma un tiempo. Toda la materia orgánica semeja un sauna de cadáveres humeantes sin oxígeno: las frutas y verduras de la plaza podridas; los insectos apilados unos sobre otros; el agua imbebible; la turba en cada charco, y las plantas en los parques y zonas verdes deshojadas y embadurnadas de fango, basura y excremento. 

Las ciudades son asentamientos de empresas, instituciones y viviendas que renuevan sus modos de cotidianeidad sobre lo que ya está construido. En un corte longitudinal de la ciudad podrían observarse las calles, las edificaciones, los sistemas de comunicación y transporte, las vías, las tuberías y los cables que le dieron vida al ser habitada por otras generaciones. 

En este proyecto, el suelo turboso también es entendido como una metáfora del solapamiento de ideas que no terminan de descomponerse a través de los años. Un escenario no óptimo para la vida, pero que podría estar a punto de volverse fértil. 

Suelo turboso, en última instancia, se ha convertido en una manera de hacer objetos de arte: crea contenidos nuevos a partir de desechos sólidos producidos por la ciudad, objetos que fueron usados y desechados por habitantes y visitantes. Elementos domésticos que, aunque son inertes, hicieron parte de algunas vidas y por eso están cargados de historia personal. Son sobrevivientes de otras épocas. En las manos correctas pueden ser desmembrados y recompuestos en capas traslapadas unas sobre otras armando objetos que no están vivos, pero al parecer tampoco están muertos.

Peaty Earth

Carlos Bonil

Suelo turboso (peaty earth) is a term that has become relevant in my work as an artist. It describes a phenomenon with a similar structure to the work methods that I have acquired over the years: accumulation, the profusion of varied objects, and a substance lying in wait. The crucial difference is that the material that I use is not organic. 

The term goes way back in my family. The study of peaty earth was part of my father’s chemical engineering degree thesis titled “Methods for the Extraction and Characterization of Humic Substances in Peaty Earth.” This is earth largely made up of dead organic matter in a humid place. The gases expelled in this condition taint the oxygen and make decomposition slower. Peat is used in agriculture as a base for a new generation of plants. 

On remembering Bruegel the Elder’s The Triumph of Death, I think of the city as peaty earth—a shared space with a large amount of organic material that is slowly decomposing. I don’t just think about dead microorganisms, vegetables, animals, and humans, but also about the ways of thinking, the hierarchies, and political and religious views. The only industry that survives is that of death. I would include the following on the casualty list: architecture, establishments, historic situations, eating and work habits, ways of dressing, grooming, or hairstyling—everything found in a densely populated city. The triumph of death implies its dismantling. 

In precise atmospheric conditions, decomposition takes time. All organic material creates a sauna of steaming cadavers without oxygen: the rotten fruit and vegetables in the square; insects piled on top of each other; undrinkable water; peat in every puddle; and the plants in the parks and green spaces, stripped of their leaves and daubed with mud, garbage, and excrement.

Cities are home to companies, institutions, and dwellings that renew their everyday habits from that which is already established. A longitudinal slice of the city reveals the streets, buildings, communication and transport systems, highways, plumbing, and the cables that gave it life by being inhabited by various generations. 

In this project, peaty earth is also understood as a metaphor for the overlap of ideas that do not finish decomposing over the years—a setting that is not optimal for life, but which can reach the point of becoming fertile again.

Recently, Peaty Earth has become a way to make pieces of art: it creates new content from solid waste produced by the city—objects that were used and thrown away by inhabitants and visitors. These domestic elements, though inert, were part of our lives, and therefore carry our personal history. They are survivors of other times. In the correct hands, they can be taken apart and rebuilt in overlapping layers—one on top of the other—creating objects that are not alive, but apparently not dead either.


Carlos Bonil

Artista plástico egresado de la Universidad Nacional de Colombia (2004). Actualmente, cursa el tercer semestre de la Maestría en Artes de la misma institución. Artista sonoro y uno de los fundadores de los grupos AC y DC (noise-2002) y Mugre (low fi-2005), entre otros.

Ha participado en diferentes exhibiciones nacionales e internacionales: Artbo (2006, 2008 y 2010), ARCO (Madrid, 2015), Colomborama (Oslo, 2013), el 44 Salón Nacional de Artistas (2016), los 12 y 14 Salones Regionales de Artistas Zona Centro (Villa de Leyva, Tunja y Bogotá) (2007 y 2012), Sobre el Territorio Arte Contemporáneo en Colombia (Ankara y Estambul, 2011), Biennale Beijing (Beijing, 2009); en instituciones como el MAMM (Medellín, 2012 y 2017), el Banco de la República (Bogotá, 2006), la Cámara de Comercio de Bogotá (Bogotá, 2009), Estación del Ferrocarril (Puerto Colombia, 2015), La Usurpadora Residencia Artística (Puerto Colombia, 2012), La Casa (Stafe de Antioquia, 2010), Casa Museo Lope de Vega (Madrid), Rio 52 (Ciudad de México, 2010), Casa Museo Diego Rivera (Guanajuato, 2010), Galeria Vermelho (São Paulo, 2009), ccmoca (Buenos Aires, 2009), Art Gallery of York University (Canadá, 2012), The Box Gallery (Los Ángeles, 2017), Sternessen Musset (Oslo, 2017), Galería Valenzuela Klenner (Bogotá, 2007, 2013 y 2017), Galería La Central (Bogotá, 2011), Casa Hoffman (Bogotá).

Ha realizado conciertos y eventos sonoros en espacios como el Festival de Perfomance (Cali, 2012), The Box Gallery (Los Ángeles, 2017), Madame Claude (Berlín, 2013), MIR (Oslo, 2013), Festival de Arte Sonoro (Loja, 2011), Galería Valenzuela Klenner (Bogotá), Colón Electrónico (Bogotá, 2003 y 2004), Museo de Arte de la Universidad Nacional (Bogotá, 2004 y 2010), Galería 10-36 (Medellín, 2008), MAMM (Medellín). Participó con Mugre en los conciertos de Lydia Lunch (Bogotá, 2014) y Molly Nilsson (Medellín, 2013).

Ha trabajado como docente de la Universidad Nacional de Colombia, la ASAB y la Universidad Jorge Tadeo Lozano. También colabora como ponente, tallerista y jurado en distintas instituciones educativas como la Universidad de los Andes, la Pontificia Universidad Javeriana, la Universidad Pedagógica Nacional y la ASAB. Coordinó los laboratorios de artes visuales del Ministerio de Cultura en San Andrés, Providencia y Santa Catalina (2011-2013) y en Amazonas (2014-2016).

Trabajó con la galería Casa Hoffman y actualmente lo hace con la galería Valenzuela Klenner.  Además, hace parte del colectivo Niños Feos del Prado.

 

 

Carlos Bonil is a visual artist who graduated from the Universidad Nacional de Colombia (2004). He is currently in his third semester of a Master of Arts degree at the same institution. He is a sound artist and one of the founders of the groups AC y DC (noise-2002) and Mugre (low fi-2005), among others.

Bonil has participated in various national and international exhibitions: ARTBO, ARCO (Madrid), Colomborama (Oslo), Salón Nacional de Artistas, Salones Regionales de Artistas – Downtown Area (Villa de Leyva, Tunja, and Bogotá), On the Territory: Contemporary Art in Colombia (Ankara and Istanbul), Beijing International Art Biennale (Beijing); in institutions such as MAMM (Medellín), the Central Bank (Bogotá), the Chamber of Commerce of Bogotá (Bogotá), Railway Station (Puerto Colombia), La Usurpadora Artists Residency (Puerto Colombia), La Casa (Santa Fe de Antioquia), Lope de Vega House Museum (Madrid), Rio 52 (Mexico City), Diego Rivera House Museum (Guanajuato), Vermelho Gallery (São Paulo), CCMOCA (Buenos Aires), Art Gallery of York University (Canada), The Box Gallery (Los Angeles), Sternessen Musset (Oslo), Valenzuela Klenner Gallery (Bogotá), La Central Art Gallery (Bogotá), and Casa Hoffman (Bogotá).

He has performed at concerts and sound events at venues such as the Performance Festival (Cali), The Box Gallery (Los Angeles), Madame Claude (Berlin), MIR (Oslo), Sound Art Festival (Loja), Valenzuela-Klenner Gallery (Bogotá), Colón Electrónico (Bogotá), Universidad Nacional’s Art Museum (Bogotá), Galería 10-36 (Medellín), MAMM (Medellín). He participated with Mugre in concerts featuring Lydia Lunch (Bogotá) and Molly Nilsson (Medellín).

Bonil has taught at the Universidad Nacional de Colombia, the ASAB, and the Universidad Jorge Tadeo Lozano. He also collaborates as a speaker, workshop facilitator, and judge in various educational institutions such as the Universidad de los Andes, the Pontificia Universidad Javeriana, the Universidad Pedagógica Nacional, and the ASAB. He coordinated the Ministry of Culture’s visual arts laboratories in San Andrés, Providencia, and Santa Catalina (2011-2013) and in the Amazon region (2014-2016).

In the past Bonil worked with the Casa Hoffman gallery and is currently working with the Valenzuela-Klenner gallery. In addition, he is part of the Niños Feos del Prado collective.

Los sonidos de Carlos Bonil

Uno de los ocho nominados al X Premio Luis Caballero, que será entregado en el 2020 por la Alcaldía de Bogotá, es Carlos Bonil. Él habló de su trayectoria y adelantó detalles del proyecto que desarrollará para competir por este galardón de tipo bienal.

 Daniel Grajales T.

*Periodista Cultural

Aunque el sonido que emite el elemento resulta incómodo, él lo matiza. Dice que así no se vea tan estéticamente cuidado y el ruido logre desesperar, lo audible se potencia gracias a su relación con la luz. Explica con calma y un tono de voz sereno: “Los sonidos agudos son producidos por los colores más luminosos, los graves son producidos por los tonos más oscuros”.

Carlos Bonil está en su taller “desarrollando una voz para este personaje (una especie de mono o primate), ya que en mi proyecto para el X Premio Luis Caballero quiero incluir cosas analógicas, electrónicas y automáticas”.

Este creador, nacido en Bogotá en 1979, egresado de la Universidad Nacional de Colombia en 2004 y que actualmente cursa tercer semestre de la Maestría en Artes de la misma institución, está probando con lo que describe como “un boqui-toqui modificado que reacciona a la luz”. Cuenta que su proyecto Suelo turboso irá en contravía de lo formal y le apuntará a la coherencia, porque quiere una puesta en común de lo que han sido sus años de exploración.

 

Suelo Turboso de Carlos Bonil – Premio Luis Caballero – Crítica sin cortes

Artistas / Espacios