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Adriana Marmorek

Háblame amor

A través de “Háblame amor” formulo reflexiones valiéndome de la estructura del objeto reliquia/tesoro que custodia el enamorado en su idealización del amor, así como de aquel objeto cachivache —elevado a tesoro— que se guarda en el museo.

Planteo una propuesta que se pregunta por la finitud de dos instituciones: el matrimonio y el Museo de Arte Moderno. Al insertar la reliquia de amor (cachivache/ tesoro) en el recinto “moderno”, suscito la revisión de la idea de “lo moderno”. A su vez, al revisar la reliquia como elemento enunciador de las emociones, de las relaciones, de las capas y de los pliegues del amor, quiero explorar su enunciado, el amor y su contenedor: el matrimonio. Allí se hace evidente una coincidencia con el museo puesto que ambas instituciones gravitan en torno al concepto de eternidad, y, a la vez, ambas se ven enfrentadas a su propia incoherencia.

“Filosóficamente, diremos que el arte contemporáneo acepta la finitud y, en este sentido, se opone al arte moderno, que abandonó a Dios, pero conservó la idea de Eternidad.”

Alain Badiou

¿Cómo avanza el museo llamado “moderno” ante los cuestionamientos radicales de la contemporaneidad? ¿Cómo plantea su relación con el objeto como tesoro y su concepto intrínseco de finito? ¿Cómo se plantea la institución por excelencia del amor, el matrimonio, ante la evidencia de su finitud? ¿Qué estructura de contenedor social propone la sociedad contemporánea ante la evidencia del fracaso del acuerdo “para siempre” planteado como base económica y estructural de la familia? ¿Qué diría el amor?
 

Adriana Marmorek 

Estudió Comunicación Social y se desempeñó en el campo de la publicidad y la televisión, experiencia que le brindará herramientas que posteriormente irá repensando desde la práctica artística. Se gradúa en 2006 de la Maestría de Artes Plásticas y Visuales de la Universidad Nacional de Colombia. Sus primeras piezas escultóricas las resuelve a través de un cuidadoso trabajo con bronce y posteriormente su propuesta plástica se extiende a medios como el vidrio, la fotografía, el video y la instalación con un interés por la alquimia y lo maquínico.

“La arquitectura del deseo” es la forma en la cual la artista entiende y denomina su proceso de investigación plástica. Desde allí aborda el universo del placer, el deseo y el amor cuestionando permanentemente el imaginario occidental y las relaciones que establece a través de la historia.

Desde el año 2000 su obra ha sido expuesta en distintas instituciones públicas y privadas, no sólo a nivel nacional sino también en países como Ecuador, Argentina, Italia, Bélgica, Austria y EEUU. Marmorek, además, participó en el Salón de Arte Joven-Artecámara; fue nominada para el Premio Bienal de Arte de Bogotá, representó a Colombia en la feria Arco Madrid y varias de sus piezas forman parte de colecciones permanentes.

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